La pirólisis es una tecnología termoquímica avanzada que permite enfrentar de manera sostenible diversos problemas ambientales y económicos relacionados con la gestión de residuos y la generación de energía.

Problemas que resuelve:

1. Reducción del volumen de residuos: disminuye hasta un 90% la masa que debe ir a disposición final, extendiendo la vida útil de los rellenos sanitarios.

2. Tratamiento de residuos complejos: posibilita el aprovechamiento de plásticos mixtos, neumáticos fuera de uso, biomasa y residuos sólidos urbanos, materiales difíciles de reciclar con métodos convencionales.

3. Recuperación de energía y materiales: produce syngas, aceite pirolítico y biochar, todos valorizables como combustibles o materias primas secundarias.

4. Reducción de emisiones contaminantes: a diferencia de la incineración directa, disminuye la formación de dioxinas y otros compuestos nocivos gracias a un proceso controlado en ausencia de oxígeno.

5. Impulso a la economía circular: convierte residuos problemáticos en recursos energéticos y materias reutilizables, reduciendo la dependencia de combustibles fósiles.

6. Flexibilidad de aplicación: puede adaptarse tanto a contextos urbanos como industriales, integrándose con otras tecnologías de tratamiento y refinación.

🔹 Características principales de la pirólisis

• Proceso termoquímico en ausencia de oxígeno, que descompone la materia orgánica sin combustión directa.

• Versatilidad de alimentación: puede tratar plásticos mixtos, neumáticos fuera de uso, residuos sólidos urbanos, biomasa y lodos industriales.

• Productos valorizables: genera syngas, aceite pirolítico y biochar, aprovechables como combustibles o insumos industriales.

• Operación controlada: temperaturas típicas entre 350 °C y 1300 °C, con mínima generación de emisiones nocivas.

• Tecnología modular y escalable, adaptable a diferentes capacidades y contextos industriales.

🌍 Beneficios ambientales

• Reducción significativa de residuos enviados a relleno sanitario (hasta un 90%).

• Disminución de emisiones contaminantes frente a la incineración convencional, evitando la formación de dioxinas y furanos.

• Aprovechamiento energético de residuos que de otro modo serían descartados.

• Menor dependencia de combustibles fósiles, gracias a la generación de energías alternativas y materias primas secundarias.

• Contribución a la economía circular, al transformar desechos en recursos útiles y sostenibles.

• Mitigación del cambio climático, reduciendo la liberación de metano y otros gases de efecto invernadero provenientes de los residuos en disposición final.